La violencia es una manera, dentro de la relación, de imponer normas, formas y valores de convivencia, a través del uso de la fuerza física o psicológica para controlar y someter a una persona. En cualquier tipo de relación de convivencia, heterosexual u homosexual, aparece el problema de la violencia.
Cuando uno de los integrantes de la pareja acumula tensión, enojos y frustraciones derivados de problemas escolares, laborales, económicos, familiares de salud u otros, reacciona de manera violenta bajo cualquier pretexto. Poco a poco la violencia se convierte en una forma de vida, las personas se acostumbran a ella y la viven como si fuera algo natura, sin darse cuenta que tienen una relación donde los episodios violentos son cada vez más frecuentes e intensos.
Los 5 tipos de Violencia
Verbal:
Son insultos, gritos, palabras hirientes y ofensivas, descalificaciones, humillaciones, amenazas y piropos que causan molestia:
¡Cállate tú no sabes nada!
¡Si te grito es porque te amo!
Psicoemocional:
Son actitudes u omisiones que dañan la estabilidad emocional, como prohibiciones, condicionamientos, intimidaciones, actividades devalorativas, etcétera:
¿Con quién estabas?
Si me dejas, me muero.
Económica:
Es una de las formas más sutiles de violencia y consiste en el castigo a través del control del dinero o de bienes materiales.
Gasta el dinero en cosas buenas, ¡no en porquerías!
No me alcanza ¿Pagas?
Física:
Se utiliza el cuerpo, algún objeto, arma o sustancia, con el fin de ejecutar, inmovilizar o causar daño a la pareja o a uno mismo. Incluye empujones, bofetadas, puñetazos, puntapiés y lesiones que pueden causar la muerte.
Sexual:
Se expresa dañando la intimidad de la pareja, forzándola a tener relaciones sexuales, acoso y no respeto a sus deseos. Genera inseguridad, sometimiento y frustración.
Demuéstrame que me quieres.
Necesito que me pruebes tu amor